La masa de las arepas
Hernández
Víctor A. 29-11-2018
Siendo finales de noviembre
de 2018, disfrutaba, durante la cena, de una arepa gordita, rellena con
mantequilla, tomate y un poquito de jamón endiablado y abundante masa,se me vino
a la mente que en el pasado reciente era común escuchar en las otrora
abundantes areperas, ahora escasas, a los consumidores pedir sus arepas con los
diferentes rellenos, casi siempre acompañando la petición con la frase,
generalmente dicha con arrogancia, soberbia o prepotencia, o una mezcla de las
tres, “sácale toda la masa, acaso crees que soy un cochino para estar comiendo
masa”. Por supuesto, terminaban ingiriendo concha de arepa con el relleno. En
las areperas se veían tobos llenos de masa, que ni siquiera terminaban siendo
comida para cochinos, sino que se desechaba junto a la basura, ahora llamada
desechos sólidos.
Los tiempos cambiaron y, ahora no se escucha la infame
frase, es más, es común observar a los comensales,devorar y disfrutar toda la
masa e inclusive, recoger del plato los
trocitos que se desprenden de la torta de maíz redondeada y asada.
Este cambio de comportamiento se deriva de varias causas,
el alto costo de la arepa, la escasez de alimentos, la necesidad de llenarse el
estómago y en general la crisis económica y el deterioro del salario.
El maíz y sus productos, ampliamente conocidos por ser un
alimento bastante completo y nutricional, fue el alimento principal de las
grandes poblaciones indígenas del continente americano antes de la conquista, adoptado
luego por el crisol de razas que se conformó, en general en el continente y
particularmente en Venezuela, con su exuberante y característica mezcla de pueblos
que se formó, este alimento que fue durante muchos años menospreciado y
desperdiciado, es ahora apreciado y consumido en su totalidad. Los dioses del
maíz, como Cinteotl, Chicomecōātl o Xochipilli, deben sentirse regocijados de
que su celestial producto, que inspiro la frase “los hombres de maiz”, sea
nuevamente tratado con el respeto y la veneración merecida.
Y el comportamiento caracterizado por el menosprecio, la botarata
y la ineficiencia, que estuvo tan arraigado y en boga en la sociedad
venezolana, ha evolucionado a un uso más racional de los recursos, como decía
el sabio abuelo, para apreciar lo que tienes, debes experimentar su falta, su
escasez, la situación económica, con todos sus males, quizás haya traído
algunas enseñanzas positivas, no todo es absolutamente malo o bueno.-
MUESTRA
VISUAL
DOÑA
MARÍA CRISTINA HERNANDEZ HACIENDO AREPAS. Fotografía: Hernández Víctor A.
(29-10-2011).San Pedro delos Altos. Estado Miranda, Venezuela.
Nota: Doña María las llamaba "rueditas de
camión"
AREPAS GALÁCTICAS. Acuarela y Creyones sobre papel bond. Paola Ríos (2017). Fotografía: Paola Rios.Los Teques. Estado Miranda, Venezuela.
Tengo 44 años, por consiguiente tuve la oportunidad de conocer las arepas preparadas con abundante masa y no niego que mas de una vez se la saqué aunque no la desperciaba, me la comía al final con mantequilla.
ResponderBorrarTambién me siento afortunado de haber sido educado con valores como la humildad que jamás me hubiesen permitido despreciar un alimento por considerarlo alimento para animales.
Pero no por ello dejo de reconocer que si existió y existe aún, un grupo de individuos que escudados en la arrogancia y prepotencia propia que se derivan de cierto trastorno de El Ego,se comportaban y comportan de esa manera Soberbia.
Pero esa fórmula ya no les resulta.
Porque el país,la sociedad, la educación, y sobre todo el presupuesto cambió. Y cambió sin avisar,cambió sin amabilidad, cambió sin despedirse. Simplemente lo que un día fué, ya no es.
" La masa de las arepas" está mas presente que nunca en cada hogar Venezolano. Está presente no solo en la mesa. Está presente en cada rubro de la economía familiar y está presente en la escala de valores sociales de esos adultos y jovenes que seguimos teniendo ese referencial como aporte de nuestro desarrollo integral.
Tal vez no estabamos preparados para ver desinflarse nuestras arepas ricas en masa. Tuvimos que ir adaptando nuestro metabolismo para asimilar mas concha que masa.Tuvimos que encontrarle el gusto a lo que nos causaba disgusto. Pero allí continúa la arepa con menos masa que antes porque solo se ha modificado su peso y volumen. Esa misma modificación se ha ido gestando en la conciencia y actitud del comensal como ciudadano, quien ha tenido que equilibrar y establecer orden de prioridades en todo aquello que constituye su día a día.
Seguramente éste episodio será recordado dentro de un tiempo como una lección que llegó para mostrar de cerca la importancia del agradecimiento, el valor de la previsión, el sentido de pertenecia, la unión familiar, la solidaridad comunitaria y tantos otros valores que no deben desaparecer nunca en cualquier sociedad.
Me despido porque ya es hora de ir a montar unas rueditas de camión..