lunes, 31 de diciembre de 2018

UNA UNIVERSIDAD QUE CONTRIBUYA AL DESARROLLO HUMANO SOSTENIBLE



UNA UNIVERSIDAD QUE CONTRIBUYA AL DESARROLLO HUMANO SOSTENIBLE

     La crisis actual del mundo, como uno de los fenómenos de la mundialización se refleja en toda la superficie del “globo terráqueo”. Paradójicamente la sociedad del conocimiento ha producido grandes avances en la ciencia y la tecnología, reflejado, por ejemplo en la red de internet, que ha convertido la Tierra en una “aldea planetaria”; en la bioquímica, en la física, con los estudios de los agujeros negros. Pero contrariamente a esto, existen en el planeta inmensos contingentes de seres humanos condenados a pobreza extrema; el flagelo bélico, que sin tregua de manera localizada atenta contra la paz de las naciones. Además de lo señalado, los problemas ecológicos amenaza la vida del planeta. Los gobiernos no han podido controlar la crisis financiera que agobia cada día sus economías. Esto es, grosso modo, el escenario donde le toca jugar un papel protagónico la universidad del siglo XXI.
     Esta crisis de la sociedad global con su onda expansiva ha afectado seriamente la universidad. Tiene entonces la educación superior dos objetivos fundamentales: contribuir a resolver la crisis de las comunidades y los problemas internos que ocurren dentro del recinto universitario. Analizando los problemas del mundo y de la universidad, se debe indicar el camino a seguir, en términos de políticas estatales, para que ésta contribuya a lograr el desarrollo humano sostenible, a través de acciones generadas por sus actores en la búsqueda de mejorar sus problemas y el de la sociedad, contribuyendo además a formar ciudadanos con convicción ética que luchen sin tregua para lograr el desarrollo de los países menos favorecidos, sin causar daño al medio ambiente, cooperando además en concretar una sociedad más justa y equitativa, pilar fundamental de una verdadera democracia.
     El siglo XXI comienza con una de las más espantosas crisis que ha experimentado la humanidad en toda su historia. A pesar de los grandes adelantos que ha logrado el hombre, y de albergar la sociedad del conocimiento, como nunca antes, los cerebros más brillantes en las universidades de los países desarrollados, el mundo vive una gran conmoción que no tiene precedentes. La sociedad de la globalización y de la tecnología de punta se encuentra atada de pies y manos frente a la compleja problemática que vive, una problemática de orden mundial. Esta sociedad global está sumida en una gran crisis cuyo síntoma más evidente, según Yarzábal (1999), es el incremento de la pobreza, el hambre, el sufrimiento y el dolor humano, las guerras genocidas; flagelos de todo orden amenazan con la seguridad de los habitantes de la Tierra. Los grandes avances en ciencia y tecnología en procura de mejorar la calidad de vida de las personas, en algunas partes del mundo no se siente todavía. Señala Yarzábal que la actual sociedad dispone de los recursos tecnológicos necesarios para ofrecer una vida digna a los ciudadanos de la Tierra. Pero lo que falta es voluntad política. Incluso, llega a afirmar que la población del mundo gasta más en alcohol y en drogas que lo que se necesita para sacar a los habitantes de la Tierra de la crisis espantosa en que se encuentra.
     En la sociedad actual se observa una marcada desigualdad en los distintos órdenes de la vida. En este sentido, afirma Yarzábal (1998) que el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) apunta que 350 megamillonarios reciben anualmente ingresos que superan la suma del PIB de 40 naciones donde viven 2500 millones de personas. Este dato evidencia pedagógicamente la marcada desigualdad y la falta de justicia social en que vive una cifra significativa de ciudadanos, y asoma la inmensa brecha que existen entre ricos y pobres. También existen importantes desigualdades entre países industrializados y países de América Latina, no sólo en el orden económico, sino también en lo social, educativo, entre otros.
     Este panorama desolador  acontece en la sociedad del conocimiento. Sociedad que ha logrado sorprendentes adelantos en física, en matemática, en química; pero en lo ético no ha salido de Aristóteles. En este sentido les toca a los gobiernos guiar políticas coherentes, sinceras que sirvan de plataforma para conformar una estructura social y económica que ayude a las naciones salir de la crisis. Una sociedad en crisis no puede tener una universidad exitosa; y a la inversa, la crisis es el resultado más evidente, del fracaso de la universidad. Es, indudablemente paradójico que la sociedad de las telecomunicaciones y de la globalización, es a su vez una sociedad deprimente, una sociedad que vive hoy una de las etapas más convulsionadas que haya vivido jamás. Este panorama dantesco, es el escenario donde está inmersa la universidad. De tal manera que a la universidad se le tiene encomendada dos misiones: una, resolver la crisis interna que ella vive; y dos, contribuir con el rol protagónico de lograr el desarrollo humano sostenible en las naciones.
     Según Ornellas (1996), una de las limitaciones en el mundo y particularmente en las universidades son las financieras con sus efectos perversos en las economías de ellas y de su entorno, pues, particularmente en las universidades limita fondos para la investigación y para la mejora salarial de sus empleados. Los países subdesarrollados presentan hoy un déficit en su presupuesto, por ello, la inversión en educación, al menos en el corto plazo representa un gasto, sumado a ello la actitud demagógica de los gobierno en materia de educación no es nada alentador.
     En Venezuela, por ejemplo las condiciones de planta física de muchas universidades es deprimente, sobre todo en las públicas, muchos de nuestro bachilleres han tenido que acudir al sector privado en busca de educación. La falta de presupuesto es un problema grave que ha incidido en la baja calidad de la educación. A esto se le suma la pertinencia de la enseñanza, la equidad , desde luego, esto conlleva a que la universidad enfrente graves problemas para cumplir con la misión de contribuir a lograr el desarrollo humano sostenible. La problemática que vive hoy la educación superior es muy compleja, refiere aspectos tales como: bajos salarios, falta de presupuesto (un mal crónico), poca investigación. No debemos olvidar el papel que juega la investigación para lograr en alto nivel la pertinencia de la universidad. La investigación científica y tecnológica debe estar orientada a contribuir a mejorar la calidad de vida de los ciudadanos y, no debe responder por ninguna razón a intereses mezquinos y de un grupo de poder.
     Otro serio problema en las universidades es la pertinencia. Según Goddfredi (1996), la pertinencia tiene relación directa con las expectativas y sensaciones de la sociedad con la universidad. Apunta este autor que es imposible lograr un alto grado de pertinencia sin la participación activa de sus propios actores: docentes, administrativos, técnicos, obreros y alumnos. Para lograr la pertinencia de la universidad, se hace necesario ponerla de cara a los problemas de ella misma y de su entorno, es decir sacar a la universidad de su “torre de marfil”. Un problema que lleva implícito la pertinencia es la equidad. Puesto que en la medida que la educación llegue a más número de persona será más equitativa, y más aún, si ésta, está en sintonía con los requerimientos del mercado laboral.
     La equidad es uno de los problemas más serio a que se tiene que enfrentar hoy las universidades. La alta tasa demográfica en los países de América Latina ha creado de alguna manera el problema del cupo en la educación superior. Sumado a esto el  presupuesto limitado, y la condición de pobreza de algunos sectores de la sociedad es una barrera que limita el ingreso a las universidades. De tal manera, la posición de quien escribe, es que la equidad no sólo es un problema de la universidad misma, sino también es un problema de política de Estado. Este debe crear un conjunto de mecanismos tales como: planta física, financiamiento, becas, y al propio tiempo, intervenir, a través de la planificación familiar en disminuir en crecimiento demográfico. Esto pudiera aliviar la demanda de cupo en las universidades.
     Reflexionando  acerca de una educación superior de calidad,  necesita de una política integral por parte del Estado, así como de una excelente planificación del sector universitario. La palabra calidad engloba una serie de aspectos como equidad, pertinencia, financiamiento, buenos salarios, mejora académica de sus profesores, entre otras. Toda educación superior de calidad debe estar orientada hacia el desarrollo humano sostenible. Las universidades no deben estar de espaldas a esta realidad. Deben propiciar además el aspecto ético, hacer más énfasis en las competencias personales, para tener dentro de las aulas un ciudadano honesto y comprometido con el país, no con el partido de turno, por razones estrictamente personales. Existe una asimetría entre las competencias profesionales y personales, lo que crea un desbalance en las características del universitario que se requiere.
      La Universidad como institución rectora del conocimiento, apunta la UNESCO (1998), debe desempeñar una función de liderazgo en el desarrollo de formas de educación interdisciplinaria y transdisciplinario, y éticamente orientada en idear soluciones que conlleve a conciliar el progreso económico y social con la salvaguarda de los sistemas mundiales de mantenimiento de la vida en el planeta. No se puede concebir un desarrollo humano sostenible, independiente de la educación. De modo que la educación juega un papel estratégico de primer orden en este acometido.
     En este mismo orden de ideas, la UNESCO (ob cit) sostiene que la universidad debe ejercer un verdadero liderazgo en el cual fomente la investigación, redes de expertos ambientales en los niveles: local, regional, nacional e internacional y comunitario; fomentando tanto entre su personal como entre sus estudiantes una perspectiva ambiental cuyo propósito sea preservar el ambiente. Insisto, que el aspecto ético no debe quedar de lado, pues es de vital importancia para el logro del desarrollo sostenible. Al respecto Shuberoff (1996) considera necesario garantizar la equidad en la distribución del conocimiento, puesto que una colectividad donde llegue una educación superior más equitativa y justa en su población, sería un indicador de una educación de calidad tendiente a lograr el desarrollo humano sostenible.
     Se hace necesario además, para lograr una educación de calidad encaminada hacia el desarrollo humano sostenible potenciar la investigación, redefinir una estructura organizativa que permanentemente pueda ser evaluada, y que propicie la participación cooperativa por vía de convenio a nivel nacional e internacional. Así también crear una plataforma tecnológica cónsona con nuestro tiempo. En este orden de ideas Muñoz (1996) apunta que la educación superior en el mundo debe construir un escenario mundial que propicie una menor inequidad y frene las enormes asimetrías entre los países desarrollados y los no desarrollados. La globalización de la educación apoyada en una plataforma de una red tecnológica a través del internet sería de gran valía para llevar la educación a lugares remotos, permitiendo a su vez  incorporar un público más diverso y de heterogénea geografía.
     En este sentido, UNESCO (1996) citado por Mayor (1997), plantea  que “la clave de un desarrollo sostenible independiente es la educación… educación que llega a todos los miembros de la sociedad, a través de nuevas modalidades, nuevas tecnologías a fin de ofrecer oportunidades de aprendizaje durante toda la vida para todos” (p. 2). Esto evidentemente, configura una innovadora visión de desarrollo, contraria a la que se tenía en el pasado, puesto que no basta solo el capital, materiales y equipos que como eficiencia potencial, son necesarios; pero también se requiere del capital humano que como eficiencia real es clave, en un 80% para lograr el desarrollo con rostro humano.
     Para finalizar, la universidad por su naturaleza tiene como misión formar ciudadanos responsables no sólo en los ámbitos científico y tecnológico, sino también en el plano ético. Ella es el motor y la luz para lograr el desarrollo humano sostenible, haciendo uso de manera responsable de los recursos del ambiente sin dañarlo. Es necesario además cambiar la noción que se tenía de desarrollo, propiciando además un clima de paz y armonía para tener futuro mañana. Esto, solo es posible, en una sociedad donde su educación procura formar personas conscientes de su responsabilidad con sus comunidades, que sería el signo más evidente de una educación superior de calidad brindada por una Universidad como servicio prestado para contribuir con el desarrollo humano sostenible*

REFERENCIAS
Garita, L. (1996). La Cooperación Internacional en la Nueva Dimensión de la Universidad. Caracas: Cresalc-UNESCO. Cuaderno 6.

Goddfredi, C. (1996). La Pertinencia de la Educación Superior. Caracas: Cresalc-UNESCO. Cuaderno 1.

Muñoz, H. (1996). Análisis del Documento de la UNESCO sobre el Cambio y el Desarrollo en la Educación Superior. Cresalc-UNESCO. Cuaderno 1.

Ornellas, C. Las Antinomias de la Educación Superior. El Panorama Mundial. Caracas: Cresalc-UNESCO. Cuaderno 1.

Shuberoff, O. (1996). Educación Superior: La Transformación Necesaria. Caracas: Cresalc-UNESCO. Cuaderno 2.

UNESCO. (1998). Conferencia Mundial sobre la Educación Superior. La Educación Superior y el Desarrollo Humano Sostenible. París: UNESCO.

Yarzábal, L. (1999). Consenso para el cambio en la Educación Superior. Caracas: Cresalc-UNESCO.

*Bas, Manuel. (2000, Marzo 25). Una Universidad que Contribuya al Desarrollo Humano Sostenible. [Mimeografiado]. Barcelona: Universidad Nacional Experimental Virtual Simón Rodríguez.


MUESTRA VISUAL


1. José Graterón Luque. 
Serie Caracas Grafiti, San Miky el Piadoso (2018). 
Fotografía y colección Manuel Bas, Caracas D. C.


2. José Graterón Luque.
 Caracas Rococó (2015). 
Fotografía y colección Manuel Bas, Caracas D. c.


3. José Graterón Luque. 
Caracas Grafiti (2015). 
Fotografía y colección Manuel Bas, Caracas D. C.




UNA UNIVERSIDAD QUE CONTRIBUYA AL DESARROLLO HUMANO SOSTENIBLE
TEXTO: Manuel Bas
EDICIÓN DIGITAL: Eduardo Palmera Gómez & Manuel Bas
FOTOGRAFÍA: Manuel Bas
OBRAS DE LA COLECCIÓN MANUEL BAS DE ARTE MODERNO




miércoles, 5 de diciembre de 2018

ESTRATEGIAS ANDRAGÓGICAS EN EL PROCESO DE ORIENTACIÓN-APRENDIZAJE BASADOS EN EL USO DE TECNOLOGÍA EN LA UNESR




ESTRATEGIAS ANDRAGÓGICAS EN EL PROCESO DE ORIENTACIÓN-APRENDIZAJE BASADOS EN EL USO DE TECNOLOGÍA EN LA UNESR

     El desarrollo de la ciencia y la tecnología ha sido un aporte valioso a la educación. Desde el punto de vista científico, por ejemplo, la psicología en sus diferentes tendencias ha contribuido con el proceso de orientación-aprendizaje. Al respecto, Nisbet y Shuckmith (1992), refieren el estudio realizado en los años setenta por John Flavell, el cual hizo un aporte esencial para comprender cómo aprenden los seres humanos.
     Señala Perkins (1995), que estudios serios señalan que los seres humanos funcionan de manera más inteligente según la modalidad de la persona más el entorno y no según la persona sola, reforzando esta investigación la importancia del ambiente en el proceso de orientación-aprendizaje. Este estudio plantea además, que la modalidad de la persona es muy variada y compleja lo cual supone la utilización de múltiples estrategias de aprendizaje por parte del facilitador. El ambiente de aprendizaje o contexto  requiere también aspectos importantes a considerar para la utilización de la estrategia más idónea para la facilitación de la clase.
     La ciencia y la tecnología, ha contribuido de manera eficiente al crear un ambiente más flexible, dinámico, democrático e independiente que permite al participante un aprendizaje en un ambiente más individual a su propio ritmo en un clima de respeto, de responsabilidad que hace posible un aprendizaje autodirigido. De esta forma, según Universidad Nacional Experimental Simón Rodríguez (UNESR, 1999) el participante puede lograr una mejor organización y optimización del tiempo, asegurándole al propio tiempo la discusión con grupos homogéneos y heterogéneos utilizando, desde luego, elementos tecnológicos como el computador como recurso.
     En la actualidad existen un abanico de técnicas y estrategias que pueden ser utilizadas en el proceso de orientación-aprendizaje, el problema es cuál es la más conveniente en un momento determinado. Romans y Viladot (1998) apuntan que las diferentes metodologías, están condicionadas por los enfoques teóricos e ideológicos que las sustentan. El planteamiento de estos autores implica que las diferentes estrategias que existen  no tienen un efecto aislado de otras circunstancias, sino más bien su aplicación depende de muchos factores que convergen  de manera simultánea, tales como: ambiente, enfoque teórico, objetivos, contenido, entre otros. Esto, como argumentan  los autores citados demuestra que no hay soluciones de diseños óptimos en términos absolutos y al mismo tiempo universales. Lo que si debe procurar el facilitador de aprendizajes, como estrategia válida para la enseñanza, según Mauri (1997) es la interactividad con el participante para lograr la construcción de conocimientos y su participación activa.
     De acuerdo con los autores referidos, esto conlleva una estructura basada en el diálogo, la contrastación y el trabajo cooperativo, lo cual involucra tanto a facilitadores como a participantes en su trabajo de autoanálisis y de reflexión, imprescindible para mejorar el proceso de orientación-aprendizaje. Esto, desde luego,  amerita facilitadores con actitudes más abiertas a la flexibilidad y a la adaptación en diversos contextos y ambientes de aprendizajes y dispuestos al empleo de recursos tecnológicos.
     Las estrategias de aprendizajes basadas en el uso de la tecnología en los últimos años ha dado buenos resultados. De alguna manera ha contribuido a establecer horarios más flexibles y abiertos y posibilidades de aprendizaje que enriquecen y facilita el proceso de orientación-aprendizaje. Es conveniente además, tener un ambiente de aprendizajes que contribuya a estimular la capacidad creadora de los participantes. Perkins (1995), uno de los teóricos de la “escuela inteligente” ha teorizado sobre lo que él llama la “inteligencia repetida”, la cual postula que las personas para lograr aprendizajes óptimos necesitan del entorno, es decir, recursos físicos, sociales y simbólicos que se encuentran fuera de ellas. Perkins llega a afirmar que el entorno, en un sentido real, es verdaderamente una parte del pensamiento (ambiente de aprendizajes presencial-virtual).
     El entorno del proceso de orientación-aprendizaje en la Universidad Nacional Experimental Simón Rodríguez (UNESR) apoyado en el uso de la tecnología (computador) es de gran ayuda, permite una libertad para la interactividad sin limitaciones de espacio-tiempo. Por ejemplo, con el uso del chat se logra secciones de intercambio de información grupal, opiniones, aportaciones sobre una temática específica, de manera síncrona y asíncrona. Consultar en la Web el programa de estudio del curso, lecturas en la red, entre otras actividades permiten interactuar más eficiente desde un lugar remoto.
     Aunque el diseño de la clase incluya medios electrónicos, para llevar a feliz término el proceso de orientación-aprendizaje se hace indispensable, obviamente humanizar la tecnología. Esto requiere tomar en consideración una serie de pautas que de  acuerdo con Romans y Viladot (1998), exige planificar la clase tomando en consideración inquietudes y necesidades de los participantes, los recursos y el tiempo disponibles, formulándoles objetivos que permitan un control y una evaluación eficiente. Esto desde luego, implica una sistematización de la clase para organizar funcional y operativamente como un todo integrado, dentro de un ambiente ameno y flexible.
     Por otra parte la utilización de la estrategia de discusión grupal  debe ser escogida de acuerdo con las características del curso y particularmente de los objetivos y de los contenidos programáticos, lo cual exige un análisis discursivo que permita reflexionar sobre los conceptos fundamentales del curso, para la escogencia de la estrategia tecnológica más adecuada; la cual debe permitir, de acuerdo con Pozo (1996) la cooperación entre los aprendices, puesto que en la actualidad los aprendizajes en solitario, como se hacía tradicionalmente, ha quedado atrás para dar paso a un tipo de aprendizaje como actividad social entre individuos interactuando activamente.
     En este tipo de actividad andragógica el facilitador presenta en la Web a los participantes las pautas de aprendizajes a seguir. Actividades que van desde la presentación presencial y virtualmente, dándole una serie de indicaciones como por ejemplo revisión de la literatura asignada en la Web, la recomendación del empleo del correo electrónico, para enviar sus aportaciones, y en general del uso del internet de manera intensiva para buscar material de consulta relevante distinto o igual al asignado. El envío de las tareas acordadas se puede enviar vía correo electrónico en las fechas negociadas. Lo que supone del uso eficiente por parte del participante de su tiempo en un espacio ubicuo y de tiempo ilimitado.
     Los criterios de evaluación andragógica consisten en describir un sistema de evaluación que permita tanto al facilitador como al participante evaluar su proceso de aprendizaje tanto individual, es decir, asimismo (autoevaluación), inter-grupal (coevaluación) y unidireccional (evaluación del facilitador), incluyendo la metaevaluación (evaluación integral), en la cual, en esta última, se considera en el sistema de evaluación, tanto el ambiente de aprendizaje como la actuación del Facilitador, dándole por parte de los participantes sugerencias respectivas. Esta modalidad de estudios a través de la planificación virtual del curso permite al facilitador (asesor virtual) prometerle un ambiente más flexible al participante (virtual), y que éstos, sin limitaciones de espacio y tiempo interactúen entre sí, y con el facilitador.
     Asimismo, la planificación de una clase usando como estrategia metodológica los grupos de discusión apoyados en tecnología, amerita de la reflexión por parte del facilitador para escoger la más idónea y el medio tecnológico más recomendable para mejorar sustancialmente el proceso de orientación-aprendizaje. La tecnología a puesto al servicio de la educación gran cantidad de recursos que de alguna manera contribuye a mejorarla, es de recalcar que la tecnología no es una panacea ni la última palabra en recursos de aprendizajes; pero sí un recurso muy valioso que ha cambiado cómo se enseña, al crear ambientes de enseñanza más flexibles, sin limitaciones de tiempo. Todo facilitador debe tener nociones básicas en recursos tecnológicos, para emplearlos en su diaria praxis docente. La utilización de la red de internet para buscar información en un espacio abierto y sin limitaciones geográficas ha sido uno de los aportes más valiosos de la tecnología a la educación. En el espacio virtual las bibliotecas nunca están cerradas.
     La estrategia de aprendizaje apoyada en las nuevas tecnologías de la comunicación y de la información permite la interacción sin limitaciones de espacio tiempo, pasando a un espacio ubicuo de tres elementos tiempo-espacio-signo, permitiendo flexibilidad en el horario escolar. De esta forma se puede realizar la estrategia de discusión grupal colaborativa entre participantes, propiciando además compartir experiencias con el facilitador, experiencias significativas de aprendizajes.
     Por último, insisto, no hay estrategias ni tecnologías universalmente válidas, sino más bien, un conjunto de estrategias tecnológicas que se le pueden dar uso en casos particulares y específicos después de una reflexión profunda, planificar el facilitador tomando como punto de partida las necesidades del participante de la UNESR*
REFERENCIAS
Mauri, T. (1997). Análisis de la Práctica Educativa. Constructivismo y Formación del Profesorado. En Rodrigo, J. (1997) (Comp.). La Construcción del Conocimiento Escolar. España: Editorial Paidós.
Nisbet, J. y Shuckmith, J. (19929. Estrategias de Aprendizaje. México: Editorial Santillana.
Perkins, D. (1995). La Escuela Inteligente. España: Editorial Gedisa.
Pozo, J. (1996). Aprendices y Maestros. Madrid: Editorial Alianza.
Romans, M. y Viladot, G. (1998). La Educación de las Personas Adultas. Cómo optimizar la práctica diaria. España: Editorial Paidós.
Universidad Nacional Experimental Simón Rodríguez. (19999. Introducción a los Cursos Basados en Tecnología. Caracas: UNESR.


*Bas, Manuel. (2000, Enero 16). Estrategias Andragógicas en el Proceso de Orientación-Aprendizaje Basados en Tecnología en la Universidad Nacional Experimental Simón Rodríguez. [Mimeografiado]. Barcelona: Universidad Nacional Experimental Virtual Simón Rodríguez.


MUESTRA VISUAL:

 1. José Rodríguez (Los Teques, Edo. Miranda)

Búho (2018)
Fotografía y colección Manuel Bas, Caracas D. C.

 
2. Dominga Salazar (Cariaco, Edo. Sucre)
Don Simón Rodríguez (2017)
Fotografía y colección Manuel Bas, Caracas D. C.



ESTRATEGIAS ANDRAGÓGICAS EN EL PROCESO DE ORIENTACIÓN-APRENDIZAJE BASADOS EN EL USO DE TECNOLOGÍA EN LA UNESR
TEXTO: Manuel Bas
EDICIÓN DIGITAL: Eduardo Palmera Gómez & Manuel Bas
FOTOGRAFÍA: Manuel Bas
OBRAS DE LA COLECCIÓN MANUEL BAS DE ARTE MODERNO



miércoles, 28 de noviembre de 2018

RETO Y COMPROMISO DE LA EDUCACIÓN SUPERIOR EN LA AMÉRICA LATINA PARA EL SIGLO XXI



RETO Y COMPROMISO DE LA EDUCACIÓN SUPERIOR EN LA AMÉRICA LATINA PARA EL SIGLO XXI
     La América Latina a las puertas del siglo XXI se encuentra sumida en una crisis sin precedente en su historia. Existe en esta región planetaria, mal llamada países en vía de desarrollo, grandes contingentes de seres humanos condenados a la más extrema pobreza, privados de escolaridad; con índices delictivos que superan las estadísticas de otras partes del mundo, el crecimiento demográfico aumenta con extrema rapidez, los presupuestos deficitarios y reconducidos de los gobiernos, son los signos que caracterizan la sociedad de Latinoamérica. Frente a este escenario tan complejo y difícil, marcado por la más fría incertidumbre, cabe preguntarse: ¿Cuál es el papel de la Universidad en la América Latina? Cuál es el reto y compromiso de la Educación Superior para el siglo XXI en esta parte del mundo?
     Obviamente que estas preguntas exigen para la Educación Superior un rol protagónico diferente al que ha venido asumiendo en el pasado; pues hoy gran parte de la solución de la problemática de esta sociedad depende del aporte que la Universidad de manera sustancial haga al respecto. En este sentido surge como aspecto fundamental para resolver la crisis de manera impostergable en América Latina llevar adelante la propuesta de Delors (1996), educación durante toda la vida con sus ventajas de flexibilidad y accesibilidad en el tiempo y el espacio, como las llaves de entrada al Siglo XXI.
     Esta educación abierta y flexible y durante toda la vida no puede ser posible si los países de esta parte del “globo terráqueo” no disponen de una infraestructura tecnológica que permita llevar la educación hasta el punto más remoto de las regiones de esta variopinta geografía. Delors opina al respecto que las nuevas tecnologías de la información y la comunicación (NTIC) han hecho entrar a la humanidad en la era de la comunicación universal, eliminando barreras y distancias… pero hay regiones excluidas de esta evolución, particularmente en las que no hay electricidad, lo que conllevaría, según García Guadilla (1996) a una globalización fragmentada y, en consecuencia, limitaría la cobertura educativa.
     Por otra parte la Universidad de la América Latina debe salir de su claustro, de su torre de marfil y volcarse hacia la sociedad para contribuir a resolver los problemas puntuales de su entorno aportando los brazos de los contingentes de estudiantes, que en muchos casos se dedican sólo al rol de “estudiar” para protagonizar el rol de “trabajador” por el país, es decir, vincularlos con el trabajo productivo, a través de convenios suscritos por la Universidad con otras instituciones tanto de los sectores: público y privado para generar recursos económicos, y de esta manera autofinanciarse ya que en los países más pobres de la región la Educación Superior representa, al menos en el corto plazo, una carga onerosa para el Estado. Se trata de hacer de la Universidad una empresa redituable.
     Esto evidentemente supone el establecimiento de nuevas relaciones en las áreas de la ciencia y de la tecnología y  la búsqueda de fuentes alternas de financiamiento como una manera de responder a la crisis fiscal del Estado que existen en la mayoría de los países de esta región. Esto se concretaría si la Universidad Latinoamericana a través de sistemas de formación y producción de conocimientos apunta hacia las necesidades de todos los sectores de la vida social (Ugalde, 1994 en García Guadilla, 1996). Para CEPAL-UNESCO (1992) en García Guadilla (1996), educación y conocimiento son los ejes de transformación productiva con equidad, pues no debemos olvidar que recursos humanos y desarrollo son dos temas vinculados entre sí, y que la formación de un talento humano idóneo depende en gran parte de una educación de calidad.
     En este orden de ideas uno de los desafíos de la educación superior, en América Latina de acuerdo con la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE, 1997), es aumentar su cobertura, mejorar la calidad de la educación y la pertinencia de los programas de estudios, es decir, que estén contextualizados y de esta manera cumplir con una de su misión fundamental de permitirle a los jóvenes hacerlos conscientes de sus raíces culturales para ubicarse en el mundo, enseñándole las demás culturas y de esta manera lograr el fortalecimiento de la identidad nacional y de la pluriculturalidad en un escenario de horizontes reflexivos sobre los cambios que la sociedad actual exige; propiciando además una conciencia crítica, y el compromiso con la cultura de la ética basado en los valores de la solidaridad y justicia social.
     Naturalmente que el papel protagónico de la Universidad Latinoamericana con la sociedad de esta parte del mundo pareciera ser una utopía en su realización, debido al trasfondo de complejidad y de incertidumbre que presenta la problemática de la región. Pero cosa cierta es,  que las instituciones de educación superior tienen una población de profesores y estudiantes de alto nivel formados en distintas áreas del conocimiento, y que con una planificación adecuada conjuntamente con los sectores público y privado podrían tratar  problemas puntuales tanto en materia de desarrollo como ambientales. Obviamente esto es un gran reto para las universidades, pues implica, además de lo ya señalado, hacer partícipe a la: comunidad local, padres, directores, docentes; siendo estos últimos, los que juegan un rol estratégico debido a que son los responsables de la enseñanza y de la formación de los jóvenes y adultos para  insertarse en la sociedad como ciudadanos responsables.
     En este contexto, las autoridades públicas les toca definir una política bien sea a través de estructuras (públicas, privadas o mixtas) pertinente con la región, y sin dejar de involucrar la comunidad local, regional, nacional y mundial. Sólo así podría tener éxito en su objetivo para llevar a cabo la misión que tiene explícita e implícita la educación superior: que no es otra cosa que preparar ciudadanos para la participación activa fundamentada en el principio democrático de igualdad y equidad social, solo de esta manera la América Latina saldría del atraso y se podría hablar de desarrollo sustentable.
     Por último es ineludible para la Universidad de América Latina contribuir a crear una sociedad más armoniosa y equitativa, que cumpla además con sus funciones que le son inherentes por naturaleza, como lo son: diversificar ofertas de estudios, formación compatible con las exigencias de la sociedad, para caminar en la senda del desarrollo económico, científico, humanístico, técnico y profesional; así como el papel de ser garante en sus comunidades de fomentar una cultura de paz y justicia social, de derechos humanos, del rescate de los valores regionales, de la interacción cultural, cumpliendo además con la doble tarea de mediación crítica y de servicio, que promueva una sociedad más justa, equitativa, democrática y participativa, este es el compromiso y el reto de la Educación Superior de la Universidad en la América Latina.*
Referencias

Delors, J. (1996). La Educación o la Utopía necesaria. De la comunidad de base a la sociedad mundial. De la cohesión social a la participación democrática. Del crecimiento económico al desarrollo humano. Las misiones tradicionales y nuevas de la Enseñanza Superior: En la educación encierra un tesoro. España: UNESCO-Santillana.

García Guadilla, Carmen. (1996). Conocimiento y Educación Superior y Sociedad en América Latina. Caracas: CENDES-Universidad Central de Venezuela.
Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE). (1997). Exámenes de las Políticas Nacionales de Educación. México, Educación Superior. París: OCDE.

*Bas, Manuel. (1999). Reto y Compromiso de la Educación Superior en la América Latina para el Siglo XXI. [Mimeografiado]. Barcelona: Universidad Nacional Experimental Virtual Simón Rodríguez.


MUESTRA VISUAL:

























Luz González
Estructura Cinética, 2018
Colección Manuel Bas.

RETO Y COMPROMISO DE LA EDUCACIÓN SUPERIOR EN LA AMÉRICA LATINA PARA EL SIGLO XXI
TEXTO: Manuel Bas
EDICIÓN DIGITAL: Eduardo Palmera Gómez & Manuel Bas
FOTOGRAFÍA: Manuel Bas
OBRAS DE LA COLECCIÓN MANUEL BAS DE ARTE MODERNO




miércoles, 14 de noviembre de 2018

ANÁLISIS DE LA LECTURA EXÁMENES DE LAS POLÍTICAS NACIONALES DE EDUCACIÓN SUPERIOR MÉXICO



ANÁLISIS DE LA LECTURA EXÁMENES DE LAS POLÍTICAS NACIONALES DE EDUCACIÓN SUPERIOR MÉXICO
     La Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE), institución internacional que agrupa países de distintos continentes, tiene por objeto promover las políticas dirigidas a la expansión de la economía, del empleo y del mejoramiento del nivel de vida de las Naciones Miembros. Tomando en consideración el papel estratégico de la educación para el desarrollo económico, realizó en México un examen de las políticas nacionales de educación superior, soslayando la importancia de la formación de hombres y mujeres capaces de realizar actividades que exige su propio desenvolvimiento, en una sociedad en proceso de democratización y globalización; aparece como el gran desafío de la Educación Superior (OCDE, 1997).
     Las nuevas políticas como desafío de la Educación Superior en México, que de alguna manera, son válidas desde un contexto general para la América Latina y el Mundo debe apuntar hacia aspectos como cobertura, pertinencia, calidad, desarrollo del personal académico, organización y coordinación. El ensayista hará un breve análisis, por razones de espacio de dos aspectos: cobertura y pertinencia.
     Cobertura. Unos de los grandes retos que enfrenta el subsistema Educación Superior, indudablemente es el de la cobertura. Llevar la educación al inmenso contingente que aglomera el Mundo plantea una inversión considerable en infraestructura, materiales y equipos, de una planta profesoral altamente calificada. A criterio de la OCDE (1997) como línea de acción para acometer el problema de  la cobertura deben crearse comisiones estatales, regionales de oferta y demanda para este sector. Pero la mayor dificultad que enfrenta la cobertura no es sólo nombrar comisiones de oferta y demanda, el ensayista argumenta que en muchos casos de países del mundo la situación de pobreza sitúa la educación como una necesidad de segundo plano, en la práctica.
     El problema del hambre en los países pobres se ha convertido en una barrera insalvable para acceder a la Educación Superior. El problema de la cobertura debe ser no sólo una política educativa de las universidades, sino también una política de Estado.     Se hace necesario mejorar la calidad de vida de las personas de escasos recursos, mejorar su condición social. Como es sabido el grueso de las personas que ingresan a la Educación Superior pertenecen a estratos medio-alto de la sociedad, generalmente, salvo excepciones, ingresan las personas del estrato bajo. Esto es un obstáculo  que hay que tomar en cuenta, que la universidad por sí sola no puede solventar, para lograr la cobertura. De modo que debe existir por parte del Estado una política social y económica que combata la marginalidad y de este modo contribuirá a mejorar las condiciones de vida de este segmento de la población, y de esta manera sería más viable que el sector de los “excluidos” ingrese al subsistema Educación Superior.
     Se ha pensado también para mejorar la cobertura la utilización de estructuras académicas más flexibles, en el uso intensivo de una educación abierta a distancia y el empleo de medios electrónicos. Este último recurso que como herramienta para la Educación Superior, merece hacerle varias consideraciones. Existen países pobres que viven en una especie de oscurantismo científico y tecnológico, rezagados de todos estos adelantos que se observan en el mundo desarrollado. Estas naciones no están en capacidad de hacer una inversión seria para crear una infraestructura tecnológica para virtualizar la educación en estas regiones. De modo que la virtualidad educativa en estos países es una utopía, un mito hasta ahora.
     En el caso que la tuviera, el mantenimiento y la repotenciación de equipos representaría un gasto que muchos países por la astringencia presupuestaria no estarían en condiciones de realizar. Pero para los países desarrollados como por ejemplo los Estados Unidos de Norte América son perfectamente viables. De modo que lograr la cobertura por esta vía en el corto y mediano plazo es casi un sueño de las mil y una noche. En este sentido García Guadilla (1996) señala que los países del Tercer Mundo por carecer de una red tecnológica apropiada como la internet quedarían fuera del proceso de la globalización, es decir, lo que esta autora define como una globalización fragmentada; en consecuencia, es imposible aumentar la cobertura, en el corto plazo, de los países pobres de esta manera, pues no disponen la infraestructura tecnológica necesaria.
     Pertinencia. Con respecto a la pertinencia la OCDE (1997) refiere un viejo problema de las universidades en América Latina: la concentración de estudios en Educación Superior en las carreras tradicionales. Esto es una traba que a criterio del ensayista que puede ser atacado con un programa de orientación académica que regule por una parte el número de cupo reales para las carreras en función de la dinámica social y que el flujo de las ofertas esté encaminado en ese sentido. Se debe ofrecer una opción bien diversificada y proporcionalmente equilibrada que organice de alguna manera en función de la demanda de la comunidad mundial, regional y local, de acuerdo a sus necesidades.
     Otro punto importante, en relación a la pertinencia, es el de ajuste curricular cónsono con los cambios en la demanda del conocimiento. La dinámica social actual no tiene precedente en la historia de la humanidad. Esto, desde luego, activa un continuo cambio en el conocimiento, es decir, en la medida en que la sociedad cambia, la ciencia y la tecnología deben dar respuestas a esos cambios que en ella se gestan, convirtiéndose evidentemente en demanda de conocimiento. Cambio de conocimiento y demanda de él en el mapa social de hoy van juntos, están integrados en el mismo proceso generador de cambio que lleva a la modificación del conocer para ir en busca de la pertinencia y una exigencia que la colectividad espera, y que se traduce en ofrecer por parte de la universidad el tipo de insumo que ésta necesite para lograr el equilibrio dentro del sistema sociopolítico.
     Existe un punto importante en el contexto de la pertinencia que es conveniente señalar: la investigación proyectada como servicio a las comunidades. Reflexiona el ensayista que la universidad en su entorno, es decir, en su localidad debe contribuir apoyado en un equipo multidisciplinario y con los recursos con que cuenta por la vía ordinaria; sin descartar lo provenientes por la contraprestación de servicios, y con el apoyo de la comunidad, realizar estudios pertinentes sobre su problemática para contribuir a resolverlas.
     La investigación debe estar acompañada de una acción rápida y eficaz; no se debe investigar, como en el pasado sólo para atesorar conocimientos, sino para resolver los problemas de la sociedad. Una consideración final en este punto sería ofrecer a las empresas y a la comunidad en general, proyectos accesibles a costos razonables que por vía de convenios pueda contribuir a solventar sus problemáticas; y al propio tiempo al problema presupuestario de la universidad.
     Finalmente, es impostergable para las universidades aumentar la cobertura diversificando, permeabilizando las carreras hasta los lugares más remotos, utilizando los medios de que hoy dispone la ciencias y la tecnología, el empleo de sistemas de enseñanza abiertos y más flexible en el espacio y el tiempo, es un mandato que debe cumplir la universidad. Pero esta educación se debe plantear en función de las exigencias de las comunidades mundial, regional y local, tomando en consideración la vocación de cada individuo que pretenda ingresar a la Educación Superior. Esto de alguna manera contribuiría a mejorar la pertinencia y la cobertura en el corto, mediano y largo plazo; para ello es un imperativo eliminar la rigidez en la ofertación brindando un abanico de oportunidades en las carreras que ofrece. Esto, ayudaría a que la universidad esté en sintonía con la demanda que la sociedad le exige. Es necesario además hacerla redituable, es decir que esté en capacidad para captar recursos financieros, que por motivos de las crisis de las naciones se le han negado.*
*Bas, Manuel. (2000, Abril 14). Análisis de la lectura Exámenes de las Políticas Nacionales de Educación Superior, México. [Mimeografiado]. Barcelona: Universidad Nacional Experimental Simón Rodríguez.

Referencias

García Guadilla, Carmen. (1996). Conocimiento y Educación Superior y Sociedad en América Latina. Caracas: CENDES-Universidad Central de Venezuela.
Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE). (1997). Exámenes de las Políticas Nacionales de Educación. México, Educación Superior. París: OCDE.

MUESTRA VISUAL:


1. William Álvarez (Willie)
Ilusión Óptica (2012)
Fotografía digital pixelada / papel glasé
49 x 33,5 cm.
Colección Manuel Bas, Caracas D. C., Venezuela


















2. William Álvarez (Willie)
Reja (2012 / 2017)
Fotografía digital pixelada / papel glasé intervenida con pintura al frío
49 x 33, 5 cm.
Colección Manuel Bas, Caracas D. C., Venezuela

ANÁLISIS DE LA LECTURA EXÁMENES DE LAS POLÍTICAS NACIONALES DE EDUCACIÓN SUPERIOR, MÉXICO
TEXTO: Manuel Bas
EDICIÓN DIGITAL: Eduardo Palmera Gómez & Manuel Bas
FOTOGRAFÍA: Manuel Bas
OBRAS DE LA COLECCIÓN MANUEL BAS DE ARTE MODERNO

Publicado en Caracas D. C., Venezuela, 14 de noviembre de 2018